A lo largo de la vida nuestros pies han soportado mucho peso, han caminado mucho y sus músculos, huesos, articulaciones, etc. también se ven afectados por el envejecimiento. El cuidado de los pies durante la tercera edad, junto con tratamientos ortopédicos adecuados y/o ayudas para la marcha pueden mejorar la independencia, prevenir caídas y otros problemas asociados a la inmovilidad.

Caminar bien llegada la tercera edad aumenta la autoestima, permite mantener una vida social satisfactoria y mejora notablemente la calidad de vida de la persona.

Conocemos muy bien estas causas y cómo tratar a nuestros mayores, los tratamientos adecuados a aplicarles en cada posible afección y un trato cercano y personal.